Brasil lanzó plan para ampliar la extracción de oro en la Amazonía

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó un plan para ampliar la extracción de oro en la región amazónica, algo que despertó duras críticas de parte de los ambientalistas por el impulso a una industria acusada de deforestación, contaminación y ataques a los pueblos indígenas.

El mandatario brasileño firmó un decreto que crea un programa de apoyo a la minería artesanal, una actividad controvertida conocida como «garimpo», pero que es legal, siempre que los mineros tengan las licencias ambientales correspondientes y la autorización para explotar terrenos determinados.

Pero en la práctica, muchas explotaciones mineras no cumplen con las normativas establecidas.

El decreto informa que el objetivo es «proponer políticas públicas y estimular el desarrollo de la minería artesanal y de pequeña escala, fomentando el desarrollo sostenible de la región y la nación».

También que crea una comisión interministerial sobre minería artesanal, cuya «región prioritaria» serán los nueve estados brasileños que conforman la Amazonía.

 

Controversia

Los mineros artesanales, o «garimpeiros», generan divisiones en Brasil. Pero Bolsonaro, cuyo padre fue una vez «garimpeiro», definió a los buscadores de oro «como hombres humildes y sacrificados».

Los críticos tienen otra mirada, ya que consideran que la minería destruyó un récord de 125 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña el año pasado, según datos oficiales.

Y buena parte de dicha destrucción se produjo en reservas indígenas protegidas, algo por lo que el presidente recibió muchísimas críticas.

Los fiscales que llevan el caso aseguraron que los mineros ilegales «tienen nexos con el crimen organizado».

Recientemente hubo enfrentamientos mortales entre mineros armados y grupos indígenas que les adversan.

El gobierno de Brasil estima que 4.000 mineros ilegales operan en territorio indígena en la Amazonía, pero los activistas afirman que la cifra es aún mayor.

«Lo que debería estar haciendo (el gobierno) es proponer y apoyar el licenciamiento ambiental de esta actividad y monitorear su implementación», sostuvo Suely Araújo, especialista en políticas públicas del Observatorio del Clima, una coalición de grupos ambientalistas.

Bolsonaro, quien presionó para expandir la agroindustria y la minería en la Amazonía, enfrentó protestas internacionales por la destrucción de la selva tropical más grande del mundo.

La deforestación en la Amazonía brasileña aumentó desde que el líder de extrema derecha asumió el cargo en 2019, alcanzando un máximo en 15 años, con 13.235 km2 talados en el período de agosto de 2020 hasta julio de 2021.